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Ciencia

THE SCIENCE MODULE OF PERCEPNET PROVIDES PAPERS ON PERCEPTION AND SENSORY SCIENCE BY RESEARCHERS WORKING ON THESE DISCIPLINES

Personalización del producto de acuerdo con los sentidos
[Sense-driven product personalisation]
Deyanira Bedolla,1 Jorge Gil,1 y Joaquim Lloveras2
1Instituto de Diseño, Universidad Tecnológica de la Mixteca, Oaxaca, México.
2ETSEIB, Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, España.

En la actualidad, es posible observar la existencia de productos industriales cotidianos que presentan diferentes problemáticas en su interacción física y/o comunicativa con los usuarios, como es el caso de las incomodidades debidas a ciertas inadaptaciones físicas (Cedat, 2003), la comprensión parcial o errónea de los procesos de uso, los riesgos potenciales de accidentes, la inaccesibilidad a la interacción o el rechazo e insatisfacción del usuario por el producto (Bedolla, 2002; Norman, 2002).

La causa de estos problemas se debe a que muchos de los productos no han sido diseñados para satisfacer las capacidades, características y expectativas específicas de los usuarios. Cada ser humano tiene una distinta percepción de un mismo producto o estímulo, de manera que un objeto que es comprensible, útil y agradable para unos, puede ser incomprensible, inútil y desagradable para otros.

Necesidad de estrategias

La búsqueda de las claves que permitan entender las necesidades, características y preferencias del consumidor (usuario) se ha dirigido principalmente al márketing. Se ha visto que sus tradicionales estrategias de determinación de estos aspectos, a través de cuestionarios y otras averiguaciones habituales, pueden resultar un tanto superficiales. Si bien es innegable que son útiles en otros aspectos relacionados con el objeto, no son suficientes ni adecuadas de cara a la innovación de productos (Vinyets, 2000).

Lo anterior señala la pertinencia de contar con una estrategia que permita al diseñador concebir nuevos productos, poniendo como elemento central en su proceso creativo al ser humano. Una estrategia que permita un conocimiento profundo de las características, propiedades y peculiaridades de diferentes grupos de individuos, actuales o potenciales usuarios de productos, no sólo en el ámbito físico, sino en el psicoemocional del sujeto, ya que son dimensiones humanas inseparables y constantemente presentes en todas las actividades que realiza una persona en su vida cotidiana (Mandler, 1984; Furth, 1987; Marty, 1999).

La herramienta

La percepción sensorial humana cuenta, por su naturaleza, relevancia y amplitud, con dos particularidades esenciales que han permitido concebir una herramienta metodológica de que se ajusta a lo descrito (Bedolla, 2002). Por un lado, establece relaciones de interacción entre el individuo y el producto, tanto en el ámbito físico y corporal como en el emocional y comunicativo. Por otro, determina una recepción e interpretación diferenciada de la información sensorial generada por todos los elementos del entorno (entre ellos, los productos), y percibida por el individuo, determinando códigos específicos de elección de objetos en cada uno de ellos.

Abordaremos a continuación los estudios realizados con relación a estas dos características de la sensorialidad humana que han permitido concebir una herramienta metodológica que conduce a la innovación y mejora del producto(Bedolla, 2002). Es una herramienta integrada por una serie de modelos guía que señalan por un lado, el conjunto de necesidades, capacidades e inclinaciones sensoriales de diferentes grupos de usuarios que no han sido aún satisfechas, o que lo han sido parcialmente y, por otro, indican los atributos sensoriales aplicables al producto que permiten responder a estas necesidades, capacidades e inclinaciones sensoriales humanas específicas.

Esta serie de modelos guía (Bedolla, 2002) se han propuesto como complemento de metodologías contemporáneas de diseño del producto, ya que se basan en un nuevo concepto que conduce, como se ha mencionado, a la innovación y mejora de productos cotidianos pero, sobre todo, permite concebir productos especializados y personalizados para grupos específicos de usuarios según sus necesidades, capacidades e inclinaciones derivadas directa e indirectamente de los procesos sensoriales.

Permitir que el producto diseñado responda en mayor medida a las necesidades y características de los individuos aumentará sus probabilidades de éxito y aceptación por el grupo específico de consumidores al que vaya dirigido, ya que las motivaciones de preferencia o rechazo vienen condicionadas en gran medida por las características psicofisiológicas individuales.

Los sentidos humanos y su interacción con el producto

El estudio del proceso interactivo de todo individuo con el producto industrial cotidiano ha permitido identificar las propiedades humanas que determinan el tipo (modo físico de relacionarse y hacer uso del producto) y la calidad (nivel de comprensión, adaptación física, aceptación y preferencia) de interacción de todo ser humano con el objeto.

El análisis de diferentes trabajos (Guirao, 1980; Bermejo, 1981; Buck, 1984; Plutchik, 1985; Russel, 1986; Ortony, 1996; Fernández, 1999) con relación a las estructuras y procesos humanos psicofisiológicos perceptivos que intervienen en la interacción, tanto física como psicoemocional entre el ser humano y cada uno de los elementos que conforman su entorno (entre ellos, los objetos cotidianos) nos ha permitido identificar a los sentidos humanos como las estructuras y procesos que intervienen de manera profunda y simultánea en la interacción física y emocional con el artefacto, determinando capacidades, características e inclinaciones del individuo.

Se explica la intervención de los sentidos, simultáneamente en el ámbito físico y en el psicoemocional humano, debido a que es a partir y a través de ellos, de forma directa e indirecta, que se desarrollan toda una serie de procesos fisiológicos y psicológicos innatos, a diferentes niveles, a través de los cuales el individuo puede usar, vivir, experimentar y, como consecuencia, evaluar los productos.

El nivel más elemental de todos estos procesos sensoriales es la sensación/ percepción. Se trata de procesos de recepción y codificación de la información inicial, recibida durante la interacción física y comunicativa del individuo con el producto a través de los órganos sensoriales accesorios, que son los primeros receptores (ojos, nariz, oídos, piel). Esta información es analizada mediante los correspondientes órganos sensoriales y enviada por vías nerviosas hacia el sistema nervioso central y a la corteza cerebral.

Es allí, en el córtex cerebral, donde se origina la primera evaluación de agrado o desagrado del producto por el individuo, mediante la apreciación de la intensidad de las sensaciones que experimenta durante la interacción. Así, desde este nivel básico perceptivo, un objeto nos gustará o disgustará debido a la apreciación de la sensación en sí, de su cualidad (modalidad sensorial involucrada) e intensidad (energía del estímulo percibida) (Guirao, 1980; Bermejo, 1981).

Este proceso de interacción y evaluación del producto por el usuario seguirá en un nivle superior, mediante procesos más complejos. Intervendrán, además de los sistemas sensoriales, vías nerviosas y el córtex cerebral, así como el sistema límbico, los rasgos innatos y la memoria del individuo, que van a conducir a una evaluación de agrado o desagrado, esta vez con una valoración principalmente afectiva y cognitiva de la experiencia.

En este segundo nivel encontraremos, como consecuencia de este otro tipo de valoración, los aspectos emocionales, que ocurrirán después de que el objeto haya sido percibido a través de los sentidos, los cuales nos han informado de las formas, colores, sonidos, sensaciones táctiles y perfumes que lo cualifican.

Ortony (1996), concibe la emoción como la suma de procesos que consisten justamente en la excitación sensorial por elementos externos, tales como las cualidades y prestaciones de un producto, y la valoración de estas sensaciones mediante la comparación de impresiones y recuerdos de muchas modalidades sensoriales.

Según varios autores (Buck, 1984; Plutchik, 1985; Russel, 1986), la emoción es un proceso dinámico resultado de varias aportaciones cognitivas y biológicas, que pueden ser generadas tanto por el pensamiento como por los sentidos. Por ello podemos decir que la sensación / percepción actúa como un primer filtro en el desencadenamiento emocional, que empieza generando las emociones y asciende a los sentimientos y deseos.

Estos dos tipos de interacción y evaluación del individuo frente al objeto (el físico, con las sensaciones, y el psicoemocional, con las emociones, sentimientos y deseos), actúan simultáneamente y ambos determinarán finalmente el tipo y la calidad de interacción que experimente y perciba el usuario. El resultado se manifiesta en sus inclinaciones y preferencias sensoriales.

Determinantes de las necesidades sensoriales específicas de grupo

La recepción e interpretación de la información del producto percibida por los consumidores y usuarios mediante sus sentidos diferirá en cada uno de los grupos de individuos, de acuerdo con la naturaleza orgánica, física y psíquica que caracteriza a cada persona, y determinará sus códigos de elección de productos.

Así, ya desde la fase básica o primaria de la recepción y codificación de información (sensación / percepción), los gustos, necesidades o inclinaciones (como en fases o procesos superiores) diferirán en los diferentes grupos de individuos.

La serie de elementos orgánicos, físicos y psíquicos inherentes a la naturaleza humana, y que determinará los códigos de elección, estará representada por el conjunto de dimensiones de diferentes órdenes que constituyen integralmente al individuo. Dada su naturaleza, pertenecerán tanto al ámbito interno del sujeto como al externo (Munari, 1985; Quarante, 1992).

Entre los elementos de ámbito interno se encuentran la propia tendencia de personalidad, el género al que pertenece el sujeto y la edad en la que se encuentra, elementos que, por su naturaleza psicofisiológica, definirán las características específicas individuales y propias de cada sujeto, determinando así toda una serie de particularidades, gustos y necesidades sensoriales individuales. Los aspectos implicados son los niveles hormonales (principalmente en los grupos de género), el grado de deterioro o desarrollo de los órganos periféricos sensoriales o de las vías nerviosas (en grupos de edad) y el grado de fortaleza o debilidad del sistema nervioso (que determinará el nivel de introversión y extroversión del sujeto y, con ello, su personalidad).

Entre los elementos externos que intervienen de manera importante en la determinación de las características, gustos y necesidades sensoriales en los diversos grupos de individuos tenemos la cultura, la sociedad, la familia y el ambiente en el que el sujeto ha crecido y se desenvuelve cotidianamente. Estos factores influyen debido a que, como es bien sabido, un individuo inmerso en una sociedad se encuentra bajo el influjo de los patrones culturales de esa sociedad. Muchas veces éstos son ya inherentes al sujeto, y determinan e influyen en gran medida en su comportamiento, pensamiento y conducta, haciéndolo en consecuencia también sobre las características, necesidades y preferencias sensoriales que buscan en los objetos.

Todos estos elementos determinan simultáneamente el conjunto de requisitos de los diversos grupos de individuos, en el ámbito físico sensorial y el psicoemocional. Los grupos mostrarán diferencias sensoriales entre ellos, que se manifestarán desde ligeras preferencias hasta profundas necesidades.

Es innegable que los requisitos sensoriales en los diferentes grupos humanos son invariablemente de naturaleza fisiológica y afectivo – emocional, desde que el individuo nace hasta que fallece, debido a que toda persona precisa en cierto modo de la extensión, defensa y especialización de sus sentidos, así como de la satisfacción de constantes humanas afectivo – emocionales a través de los productos. Sin embargo, el grado de importancia de cada uno de estos dos aspectos variará de manera importante en los diferentes grupos humanos.

El estudio de las dimensiones internas y externas del l individuo fue la base que nos permitió identificar diferentes grupos humanos, gracias al conocimiento de sus capacidades, necesidades e inclinaciones, derivadas directa e indirectamente de sus procesos sensoriales.

Necesidades sensoriales especificas como requerimientos para el diseño de productos

Según lo anterior, los estudios realizados mostraron en general que las necesidades sensoriales de los diferentes grupos de edad, derivadas principalmente de aspectos fisiológicos, determinarán en gran medida las inclinaciones, gustos y características, considerando dos etapas principales: la primera infancia (0 – 6 años) (Piaget, 1962; Eimas, 1975; Freud, 1981; Goebel, 1981; Craig, 1992) y la tercera edad (Miles,, 1932; Welford, 1958; Braun, 1959; Tyler 1975). El aspecto sociocultural es secundario o, en el caso de la primera infancia, ausente, en el usuario directo. Las necesidades, inclinaciones y gustos sensoriales que dependan en gran medida de aspectos socioculturales pertenecerán a la etapa de la adolescencia y a la edad adulta, por lo que las características que comuniquen aspectos estéticos del producto no podrán sustraerse totalmente de las condiciones marcadas por el entorno social de los sujetos.

Como ejemplo, cabe mencionar algunas de las necesidades sensoriales que presentan estos grupos, así como los requisitos de diseño en los que se traducen, a la hora de concebir y desarrollar productos especializados para ellos. Para la infancia y adultos mayores se mencionarán las necesidades físicas, dado que éstas vienen determinadas principalmente por aspectos fisiológicos. Para lo dos grupos restantes (adolescencia y edad adulta), se mencionarán únicamente la psicoemocionales, dado que la mayoría de ellas vienen determinadas por el entorno social en el que se desenvuelve el individuo.

Infancia

El niño, al nacer, presenta estructuras visuales inmaduras y, por lo tanto, una escasa agudeza visual. Estas características se reflejarán en el producto dirigido a este grupo, a través de la necesidad de presentar componentes de tamaño medio o grande, y colores con grandes contrastes. A los ocho meses el niño presenta una característica integración perceptiva de la visión y el oído, que señala la oportunidad de aplicar los atributos sensoriales al producto de forma integrada y relacionada, aprovechando las sinestesias (correspondencias entre sensaciones) que permitirán al mismo tiempo el involucramiento de elementos táctiles.

A lo largo de la infancia, el niño presenta la necesidad de estimulación sensorial para el adecuado desarrollo y evolución de sus sistemas sensoriales. Como medio para la adquisición de competencias sensoriales, psíquicas y motrices, aparece en el producto la necesidad de representar conceptos básicos formas, tamaños, colores, direcciones, olores) mediante atributos sensoriales.

Adolescencia

Entre las necesidades psicoemocionales que el individuo presenta en la adolescencia, hay la tendencia a la búsqueda y reafirmación de su identidad social sexual y grupal, aspecto que lo impulsa a seguir y adoptar los papeles que la sociedad establece. Por este motivo, será muy relevante la valoración primordial del aspecto simbólico – comunicativo del producto dirigido a ellos, al que se le deberá permitir, mediante sus características plásticas, la adopción de identidades variables y ambivalentes, integrando este aspecto a la dimensión funcional del objeto.

Edad adulta

Las principales necesidades psicoemocionales en la edad adulta responden a los estados emocionales negativos que se presentan frecuentemente en esta etapa vital, debido a situaciones laborales y de la vida cotidiana, como ansiedad, miedo, estrés, trastornos del sueño, ira y violencia, que disminuyen la calidad de vida y, muchas veces, la productividad en los ambientes laborales. Permitir la reducción de las emociones negativas cotidianas (principalmente estrés y depresión) es posible aplicando atributos visuales, táctiles, olfativos y auditivos al producto dirigido a este grupo, incidiendo en dos vertientes: la estimulación y la relajación.

Adultos mayores

En los adultos mayores, algunas de las necesidades sensoriales físicas que se presentan incluyen la necesidad de agudizar algún sentido (principalmente vista u oído), debido al deterioro físico y sensorial que generalmente sufren. El resultado del deterioro suele ser un procesamiento de la información sensorial mas lento, lo cual se traducirá en la necesidad de que los productos dirigidos a este grupo presenten, al menos, dos tipos de estímulos sensoriales para el desempeño de su o sus funciones, característica que permitirá el acceso e interacción alternativa a personas con deficiencias sensoriales.

Debido al deterioro orgánico, existirán también en este grupo importantes requisitos de estimulación de las capacidades cognitivas, como la memoria, el aprendizaje o la concentración, lo cual es posible a través de los sentidos. Por ejemplo, es posible estimular la memoria y la concentración mediante atributos olfativos aplicados al producto y presentados con relación a alguna o a varias de sus funciones.

Personalidad

El temperamento es uno de los principales constituyentes de la personalidad (determinado por la fortaleza o debilidad del sistema nervioso). El sujeto buscará determinado grado de estimulación sensorial a través de los atributos sensoriales del producto, que deberán responder a diferentes niveles de introversión y extroversión. Así, el diseñador caracterizará el producto, dándole una determinada expresividad y carácter con una tendencia psicoemocional determinada.

Como ejemplo de los múltiples requisitos en que se traducen las necesidades sensoriales físicas y emocionales a la hora de concebir y desarrollar el producto especializado, podemos decir que el grupo de personalidad extrovertida preferirá productos fuertemente caracterizados, llamativos, cambiantes, variados, que otorguen fuertes estímulos; productos con posibilidad de experimentar variaciones conduciendo a la activación del individuo y que hagan un amplio uso del color. Por el contrario, para los individuos de personalidad introvertida se diseñarán productos con atributos que otorguen estimulaciones sensoriales moderadas, poco llamativas, más bien homogéneas que conduzcan a la relajación.

Conclusiones

En la práctica del diseño industrial, la concepción de productos de acuerdo con las capacidades, requisitos y características sensoriales humanas señala una importante etapa evolutiva en esta profesión.

Las correlaciones entre los requisitos y particularidades sensoriales de los diferentes grupos de usuarios, y las propiedades y efectos en el ser humano de los atributos plásticos sensoriales pertenecientes a cada sentido (visuales: forma, color, gráficos decorativos; táctiles: texturas, movimiento; auditivos: sonidos, música; olfativos: aromas; etc.) han permitido obtener una guía para la proyección de objetos innovadores desde una perspectiva inusual, no abordada directamente hasta ahora: la perceptivo-sensorial humana.

El estudio en toda su amplitud de las capacidades, características y requisitos físicos y emocionales sensoriales de los diferentes grupos humanos, usuarios actuales o potenciales de productos, permitirá el diseño de objetos personalizados y especializados para ellos, lo cual propiciará que respondan en mayor y mejor medida a las características y necesidades especificas del individuo, aspecto que hoy conduce a una mayor humanización de los productos industriales.

La aplicación de la sensorialidad al diseño de productos conformará una interacción entre el ser humano y el objeto más positiva que la actual, no sólo para los individuos que cuentan con todos sus sentidos (fomentando la estimulación cotidiana multisensorial, elemento que estimula el desarrollo de la inteligencia y la sensibilidad), sino también para aquellos con determinadas restricciones sensoriales, ya que, gracias a la aplicación de otros atributos sensoriales al producto (de orden visual, táctil, olfativo, auditivo, etc.), será posible extender el uso de diversos productos a estas personas. Con ello, se aprovechará el diseño de productos cotidianos polisensoriales para dirigirlos indirectamente también a estos grupos de usuarios, a pesar de no haber sido especialmente concebidos para ellos. Con ello se obtendrá una integración social más natural que la actual.

Bibliografía

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18/07/05
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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