Entre las creaciones más
sorprendentes del intelecto humano contemporáneo (la
restricción temporal surge de la prudencia) se encuentra,
sin duda, el trabajo del filósofo Ludwig Wittgenstein
que tituló Investigaciones filosóficas.1
Un hito en el pensamiento que representa una ruptura con las
teorías establecidas («no pienses, ¡mira!»).
No es gratuito que Stuart Kauffman, uno de los científicos
que mayores aportaciones ha realizado a la teoría de
la complejidad titulase Investigaciones la obra en
la que examina «nuevas cuestiones sobre el universo».2
A pesar de tan sobrecogedora afirmación, Kauffman sostiene
que el conocimiento es un bien asequible: «Las cosas
no siempre se hallan ocultas de forma que la ciencia deba
desvelar el misterio a base de investigar nuevos hechos [...]
puede suceder que los hechos se hallen claramente ante nosotros,
pero carezcamos de las herramientas conceptuales que nos permitan
comprenderlos». Y a continuación, el autor nos
regala una poderosa herramienta. Nada menos que el posible
enunciado de una cuarta ley (de la termodinámica),
según la cual, la biosfera y el propio universo crean
novedad y diversidad incesantemente y a la mayor velocidad
posible sin, por ello, destruir la organización (propagativa)
acumulada, que descubre e incorpora la novedad creada.
Se trata de una aportación de gran calado sobre la
relación entre los seres vivos y su entorno (universal),
ambos contemplados como globalidad. Una relación que
parece regida, entre otras propiedades, por la persistencia
innovadora. Si bien es necesario recurrir a la teoría
de la información para fundamentar un sistema de relación
consistente entre las biosferas y su entorno, así como
establecer los canales sensoriales por los que circularán
las especies informacionales, Kauffman se extiende con cierta
generosidad en la primera condición, pero silencia
sus aportaciones sobre la segunda. Un silencio que ha llenado
de desazón, desde la publicación del libro citado,
a un buen número de científicos sensoriales.
Aprovechando su presencia en el encuentro «Prebiotic
Chemistry and Early Evolution» y la promoción
de su próximo libro «Beyond reductionism: reinventing
the sacred» Percepnet propuso a Kauffman una
breve enmienda a tal silencio a la que se prestó gentilmente,
hilvanando sus propuestas respecto de los sistemas sensoriales
sobre un entramado de teorías que, de nuevo, sorprenden
por su amplitud y singularidad.
La entrevista que nos ofrece, como es habitual en él,
discurre sin concesiones a la vaguedad y los lugares comunes,
e incluso puede parecer que las respuestas esperadas se encuentran
ocultas entre la «maleza filosófica». Pero
ya estamos avisados que no es así y que, muy posiblemente
estén a la vista, prestas a ser descubiertas si disponemos
de las herramientas conceptuales adecuadas. Un trabajo relativamente
sencillo en esta ocasión ya que es suficiente con dejarnos
guiar por nuestros sentidos, y leer.
Bibliografía
1 Ludwig Wittgenstein: Investigaciones filosóficas, Barcelona, Crítica, 1988.
2 Stuart Kauffman: Investigaciones, Barcelona, Tusquets, 2003.
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