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THE EDITORIAL SECTION PROVIDES MONTHLY COMMENTS AND REFLECTIONS ABOUT SENSORY SCIENCES BY PERCEPNET EDITORS AND CONTRIBUTORS

Experiencia sensorial. Tópicos de mercado
[Sensory experiene. Market commonplaces]

Experimentamos la realidad a través de los sentidos, la realidad del entorno y la que percibimos como propia. La experimentación puede tener carácter pasivo, resultado de la presencia del sujeto (y su sistema sensorial) en un entorno que emite impulsos con supuesto valor sensorial o, alternativamente, ser una experiencia activa, provocada por un sujeto capaz de manipular el entorno mediante la introducción en él de información sensorial.

En cualquiera de ambos supuestos, se tratará de una experiencia sensorial o, de forma resumida, experiencia, puesto que no disponemos de otro sistema alternativo a los sentidos capaz de captar información procesable del entorno (o de nosotros mismos).

Hace unos meses, el término «sensorial» ha incrementado de manera significativa su presencia en Internet y en los medios de comunicación. Especialmente como adjetivo de «experiencia». Los bienes de consumo, las ofertas de espectáculos y de ocio, los museos, los productos de alimentación (de gama alta), prometen casi al unísono una «experiencia sensorial». Nada que objetar si nos atenemos a las definiciones planteadas al inicio. Pero no cabe duda que estamos ante la banalización (como prometer «desplazamiento» en un viaje) de una terminología aplicada a cualquier producto, con la promesa implícita de expectativas que, finalmente, no se cumplirán.

Nuestros sentidos, los humanos, son unos perfectos desconocidos para la inmensa mayoría de sus usuarios. Y así seguirán mientras los expertos los ignoren: ¿cómo puede un especialista en artes pictóricas desconocer la teoría y los mecanismos de la percepción visual?

Sin embargo, el peligro que nos acecha con la explotación del «tópico sensorial» es que el ciudadano llegue a peligrosas conclusiones: que sólo pueden alcanzarse experiencias sensoriales adquiriendo productos que las prometen, que es como reconocerse propietario de un sistema sensorial mercenario, o que las experiencias sensoriales son una exageración (como tantas) de los expertos en marketing, lo cual invita a desconfiar de ellas.

Desengañados, podemos prescindir de un viaje de placer, de una propuesta gastronómica, abandonar determinada línea de perfume, o cualquier otra elección hecha sobre promesas en materia de experiencias sensoriales. Pero no podemos permitirnos rechazar la experiencia sensorial que requiere interactuar con el entorno sin poner en riesgo nuestra integridad. O sí. El fenómeno hikikomori * se cierne sobres las sociedades avanzadas de nuestro planeta. Puede que no sólo sea producto del fracaso ante las expectativas sociales, habrá que contemplar, también, que sea el fracaso ante las expectativas sensoriales.

La educación, una vez más, y sus carencias a la hora de fomentar individuos sensorialmente maduros y capacitados puede ser la clave para evitar tanta credulidad ante la oferta de tópicos y engaños para incautos.

* Hikikomori: aislado, en japonés. Aplicado a personas, en especial adolescentes, que se encierran en sus habitaciones de manera indefinida, disminuyendo los impulsos sensoriales de su entorno (en especial los auditivos) y cuyo contacto con el mundo exterior se produce casi exclusivamente a través del ordenador.


 

[+EDITORIAL]
28/11/08
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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