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THE EDITORIAL SECTION PROVIDES MONTHLY COMMENTS AND REFLECTIONS
ABOUT SENSORY SCIENCES BY PERCEPNET EDITORS AND CONTRIBUTORS
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Las semanas de los sentidos
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[Weeks of senses]
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La celebración de la semana del gusto es una interesante iniciativa del
Instituto de Estudios del
Azúcar y la Remolacha que cuenta con apoyo institucional y, por supuesto,
de los grandes grupos azucareros que, por quinta vez, han puesto en marcha en
España, entre el 29 de octubre y el 9 de noviembre del 2003, actividades
didácticas y divulgativas en colegios, hospitales y museos. Los organizadores
pretenden con ello hacer reflexionar a la población sobre la importancia del
gusto en la alimentación y la cultura. En Francia, también fruto de iniciativas
de las azucareras, se honra desde hace 14 años la importancia de este sentido,
aunque, a diferencia de nuestro país, parece que con mayor implicación de la
comunidad científica (no sin ciertas reticencias de una cierta relevancia). El
número de octubre de la revista
del CNRS dedica su portada, editorial de Benoist Schaal y
artículos interiores al gusto. Se echa de menos en nuestro país un cierto rigor
científico en las actividades divulgativas que en este contexto se han
realizado, por ejemplo al contemplar la lección televisada de un conocido
restaurador y propietario de un aún más reputado restaurante de Barcelona, en
la que, sobre un mapa de una lengua, explicaba a unos motivados escolares cómo
se distribuía la percepción de los sabores sobre ella. Es de lamentar que, más
de dos años después de que la revista Scientific American, con el
titular «The
taste map: all wrong», nos recordara lo que los expertos
conocen desde hace décadas, que estos mapas, surgidos a principios del siglo XX, fruto de la mala interpretación de
unos resultados de finales del XIX,
son incluso en el siglo XIX
imposibles de eliminar del imaginario popular.
© Laurie
Grace. Fuente: Scientific American
Queda, pues, mucho camino aún por recorrer hacia la correcta divulgación de
las peculiaridades del sentido del gusto, aunque es con iniciativas como la
descrita y con la implicación de los expertos como se pueden acortar distancias
en esa dirección. Pero, entonces, ¿por qué no prosperan (con la destacable
excepción de algunas iniciativas locales de ámbito escolar) semanas del olfato,
el tacto o el oído? Una conocida investigadora, experta en sonidos de animales,
se lamentaba de la poca atención que se presta a la sonoridad en el diseño y
construcción de nuevos espacios públicos. Si se aplicaran conceptos de diseño
sensorial a la creación de un entorno se nos ofrecería sin duda la posibilidad
de mantener una conversación a media voz, de modular perfectamente el mensaje, de
concederle al silencio la entidad que merece. En un mundo en el que la
exploración audiovisual prima sobre la acción de
cualquier otro sentido no debería producirse tal abandono de necesidades
sensoriales primarias.
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