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THE EDITORIAL SECTION PROVIDES MONTHLY COMMENTS AND REFLECTIONS ABOUT SENSORY SCIENCES BY PERCEPNET EDITORS AND CONTRIBUTORS

esse est percipi
[esse est percipi]

El lema que George Berkeley formuló a principios del siglo XVIII como base de su teoría filosófica («ser es ser percibido»), en el contexto del siglo XXI toma nuevos significados, que sin duda inquietarían al propio autor. Damos por hecho, superando al filósofo, que si no somos capaces de enviar mensajes comprensibles por los receptores sensoriales de nuestros conciudadanos, nuestra existencia quedará ignorada. Para dejar de ser, por tanto, debemos dejar de ser percibidos. Una tesis para la cual, recurriendo a la termodinámica elemental tan cercana a la filosofía, hay que ejercer de sistema (sensorial) cerrado y aislado, es decir, de organismo por cuyas fronteras no fluya materia ni energía algunas detectables por el mundo (sensorial) exterior.

Sin embargo, esta aparente claridad expositiva se torna penumbra en cuanto ese exterior empieza a poblarse de sistemas sensoriales capaces de captar cualquier rastro energético o molecular que escape a nuestras fronteras materiales. E interpretarlo sensorialmente, debemos añadir. No se trataría de conciudadanos: estos sistemas no corresponden a seres orgánicos, ni tan sólo a entidades sintéticas reconocibles. Son complejos de receptores dispersos en el entorno tecnológico. ¿Cómo sabemos de su existencia? Porque, al igual que cualquier estructura compleja, tienden a analizar las señales que reciben y se anticipan con su reacción a los cambios ambientales. Lo que resulta inusual es que sus anticipaciones tengan como propósito ajustar los parámetros ambientales... para facilitarnos la vida y aportarnos confort.

Tal vez Berkeley opinaría que la comparación con su filosofía es retórica, pero ese entorno capaz de captar señales indetectables por nuestros semejantes y acomodar progresivamente, y mediante aprendizaje, el medio exterior a nuestras necesidades o caprichos no es una utopía sino una realidad denominada inteligencia ambiental (AmI),* declarada por la UE como uno de los principales escenarios tecnológicos del próximo futuro.

Gracias a la AmI, extenderemos el poder de nuestras capacidades cognitivas y será el ambiente el que adaptará y aprenderá de nosotros; no deberemos convertirnos esta vez en dóciles usuarios ni, mucho menos, en expertos de la nueva integración tecnológica, pero nuestra relación sensorial con esa presencia ubicua será, previsiblemente, intensa y compleja, y la toma de decisiones será un ejercicio imprescindible, a riesgo de que «cualquier deseo se convierta en órdenes» (temperatura del agua, velocidad de salida, intensidad lumínica, fragancia de la próxima estancia, música apropiada...). En la interminable partida que mantenemos con la realidad, este reto vuelve a caer, una vez más, del lado de nuestra mente. Match point, mister Berkeley?

*Algunas direcciones AmI recomendables:
http://conferences.iee.org/ie06/index.htm http://www.jrc.es/home/report/spanish/articles/vol85/ICT4S856.htm http://www.cedom.org/user/mystuff/download/Domogar/Ponencia_Manuel_Galvez.pdf

 

[+EDITORIAL]
19/12/06
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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