La gran masa de agua dulce del Lago Victoria, en África, se ha caracterizado tradicionalmente por la destacada diversidad de especies de cíclidos que atesoran sus aguas. Ahora, se ha descubierto que algunos de estos peces originan nuevas especies mediante procesos de adaptación de su visión, demostrándose que no es necesario el aislamiento geográfico para que se produzca la divergencia.
Los peces evolucionan para mejorar su capacidad de visualiza alimentos y predadores a diferentes profundidades, y todo ello afecta el modo en que ven los colores y en que se ven atraídos por sus compañeros, explica el investigador Ole Seehausen, responsable del trabajo publicado en Nature.
«La separación de una especie en dos se inicia con la adaptación del sistema sensorial, en este caso los ojos, al ambiente local», comenta el científico del Swiss Federal Institute of Aquatic Science and Technology. Los cíclidos son un importante modelo evolutivo porque ningún otro grupo de vertebrados se ha diversificado en tantas especies diferentes –más de 2000–.
En muchas ocasiones, se da por hecho que el origen de una nueva especie requiere el aislamiento geográfico, como por ejemplo la separación de dos continentes. Sin embargo, esto no es siempre un requisito; puede existir separación de especies por divergencias comportamentales. «En estos cíclidos, las diferentes especies conviven juntas en el mismo ambiente», comenta Seehausen. «Sabemos que son especies diferentes porque no se emparejan pero hasta ahora no sabíamos cómo la evolución había conducido a esta situación».
La investigación tiene implicaciones en el área de conservación porque sugiere que la contaminación que está provocando cambios en la luminosidad presente en el agua, puede acabar conduciendo a que las dos especies se colapsen en una única al no distinguir sus señales. Este fenómeno junto con la introducción de predadores explicaría la rápida reducción de especies de cíclidos en el Lago Victoria durante los últimos 30 años.
Los científicos se fijaron en dos especies muy cercanas, encontradas en cinco islas del lago y que se diferencian únicamente por una marca de color rojo o azul, respectivamente. Mediante experimentos de laboratorio, determinaron que ciertas mutaciones genéticas les habían ayudado a adaptar su visión a niveles profundos para detectar el color rojo, y en otros, a aguas superficiales para reconocer matices del azul.
Estas adaptaciones otorgan a los machos azules una ventaja de apareamiento en aguas poco profundas y a los rojos una ventaja en aguas profundas del lago, donde resultan más atractivos para las hembras.
En conclusión, y tal como comenta Mark Kirkpatrick de la Universidad de Texas en Nature sobre la investigación, lo que eres capaz de ver determina lo que tienes, pero también con quién lo tienes.
Seehausen, O.; Terai, Y.; Magalhaes, I.S.; Carleton, K.L.; Mrosso, H.D.; Miyagi, R.; van der Sluijs, I.; Schneider, M.V.; Maan, M.E.; Tachida, H.; Imai, H.; Okada, N.: «Speciation through sensory drive in cichlid fish», Nature 2008; 455 (7213): 620-626.
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