Ante preguntas del tipo: ¿Acabaría usted con una persona para salvar a un grupo de diez personas?, la mayor parte de la gente se ve abocada a un verdadero conflicto moral muy serio. ¿Es «positivo» sacrificar a un solo individuo con el objetivo de salvar a todo un grupo? Es posible que así sea, pero, ¿y si esa persona es su hijo? No cabe duda de que en este último caso la mayoría optaríamos por salvar a nuestro hijo. La mayoría, pero no todo el mundo.
Según un reciente trabajo del neurobiólogo Antonio Damasio en colaboración con colegas de la Universidad de Iowa y de Harvard, tan sólo los pacientes con una lesión en un área específica del cerebro, la corteza prefrontal ventromedial, contestarían afirmativamente al conflicto moral planteado. Evidentemente, estos pacientes tienen como característica común el «daño cerebral», con lo que sus emociones son anormales y carecen de compasión y empatía. Su juicio moral está, por tanto, alterado, creyendo que hacen lo correcto, matar a uno para salvar a diez.
Para los autores del trabajo «los dilemas morales de esas características dividen internamente a la mayor parte de la gente, pero no a estos pacientes que hemos estudiado». Así, el juicio moral individual obedece al razonamiento consciente; pero la investigación neurológica sobre las tareas morales apuntan a circuitos emocionales del cerebro que ya son bien conocidos. Existe una correlación entre juicio moral y funcionamiento de la correspondiente área cerebral, de ahí que personas con alteraciones graves en su cerebro puedan presentar juicios morales distintos, alejados del afecto y amor. Así, se ha descubierto la primera prueba experimental de que las emociones no sólo se asocian a los juicios morales, sino que son cruciales para elaborarlos.
Lo más sorprendente, según Damasio, es la capacidad del individuo con lesiones cerebrales para ejercer correctamente otros actos de su vida, incluso para construir discursos y opiniones morales en cuestiones puntuales, que podrían ser consideradas normales en un contexto social amplio. Los resultados de estas investigaciones, según los autores, tendrán repercusiones filosóficas concretas, pues algunas elaboraciones morales recibirán un apoyo experimental y demostrable empíricamente mientras que otros quedarán descartados por falta de base científica.
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