Investigaciones conjuntas del Monell Chemical Senses Center, en Filadelfia, y del Departamento de Neurociencia del Mount Sinai School of Medicine, en Nueva Cork, han mostrado que compuestos como algunos herbicidas de uso general y otros compuestos como los fenofibratos, fármacos que se prescriben para reducir los niveles de lípidos como los triglicéridos o el colesterol en la sangre, pueden inhibir selectivamente los receptores T1R3 en humanos, pero no en roedores.
El receptor T1R3 es un componente esencial, correceptor tanto de los receptores de gusto dulce como de los receptores umami (de aminoácidos). Este receptor fue identificado primero en la lengua, y ahora sabemos que también se encuentra en las células productoras de hormonas del intestino y del páncreas. En estas últimas el receptor es capaz de detectar nutrientes en el lumen del intestino e iniciar su procesado, provocando la liberación de hormonas implicadas en la homeostasis de la glucosa y en el metabolismo energético. De esta forma, compuestos que puedan inhibir o activar T1R3 podrían asimismo tener efectos metabólicos significativos en enfermedades como la obesidad, la diabetes de tipo 2 y el síndrome metabólico.
En esta investigación publicada en la revista Journal Medicinal Chemistry se estudia si dos tipos diferentes de productos pueden actuar como antagonistas de los receptores T1R3. Estos compuestos, en concreto, son por una parte los herbicidas como fenoxiauxina, empleados generalmente en el control de la maleza, entre los cuales el más conocido es el 2,4-D (o ácido 2,4-diclorofenoxiacético) y, por otra parte, los fibratos, que como se ha dicho son fármacos para el tratamiento de las hiperlipidemias. Estas sustancias, a su vez, tienen gran similitud estructural con el lactisol, o sal sódica del ácido 2-(4-metoxifenoxi)-propiónico, un compuesto aislado de los granos de café del que se sabe que es un inhibidor específico del receptor humano T1R3, aunque no inhibe su homólogo en roedores.
Gracias a un ensayo in vitro, el grupo de investigación dirigido por Maillet ha encontrado que ambos tipos de compuestos bloquean la activación del receptor humano del gusto dulce al inhibir la unión de los azúcares al componente T1R3 del receptor. Por otro lado, los investigadores han mostrado que el efecto inhibidor de T1R3 de ambos compuestos es específica en humanos. Estos resultados son de gran relevancia dado que la mayoría de los tests de seguridad se llevan a cabo en animales, por lo que cualquier estudio realizado en roedores no hubiese dado ningún efecto inhibidor. El Dr. Bedrich Mosinger, genetista del Monell Chemical Senses Center y uno de los investigadores principales, ha señalado que dado el gran número de compuestos químicos que se utilizan en agricultura, medicina y en la industria alimentaria, que potencialmente pueden afectar a los receptores humanos T1R3, es importante seguir investigando al respecto. También según los autores, compuestos que actúen de forma selectiva en el receptor T1R3 pero no en otros receptores nucleares PPAR (peroxisome proliferator-activated receptor) podrán ser útiles en el tratamiento de enfermedades como el síndrome metabólico, la obesidad y la diabetes de tipo II, dado su papel en la detección de glucosa intestinal.
Maillet EL, Margolskee RF, Mosinger B: «Phenoxy herbicides and fibrates potently inhibit the human chemosensory receptor subunit T1R3».
J Med Chem 2009; 52: 6931-6935.
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