El cerebro femenino duplica el número de neuronas en la región del olfato por la acción de una hormona llamada prolactina, presente en los tejidos neurológicos de prácticamente todos los vertebrados e invertebrados. Sabemos que la neurogénesis se produce en el sistema olfativo del cerebro adulto durante toda la vida, pero desconocemos su regulación fisiológica. Estos conocimientos han dado un importante giro desde la publicación de un artículo en Science en el que se demuestra que la producción de progenitores neuronales se estimula en la zona subventricular de la región frontal del cerebro de ratones hembra durante el embarazo y que este efecto está mediado precisamente por la prolactina.
El estudio llevado a cabo por investigadores del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Calgary (Canadá) –y publicado en 2003–1 sigue siendo referencia única en este campo, citado por la mayoría de artículos que sobre este tema se han publicado los dos últimos meses. El equipo formado por científicos canadienses y japoneses demuestra que, en ratones de laboratorio, los progenitores neuronales migran para producir nuevas interneuronas olfativas, un proceso que puede ser importante para la conducta materna ya que la discriminación olfativa es fundamental para el reconocimiento y la crianza de los hijos.
La confirmación de estos resultados implicaría que la neurogénesis olfativa en la región frontal del cerebro puede contribuir al comportamiento adaptativo en el apareamiento y el embarazo. La generación de más neuronas en la región frontal del cerebro donde se ubica la función olfatoria se ha observado en ratas de laboratorio, incluso entre las que se aparean con machos estériles.
El hecho de que los niveles de prolactina en sangre «aumenten notablemente después del orgasmo en humanos, tanto hombres como mujeres» –afirman los autores de la investigación– «serviría a conductas específicas relacionadas con el cortejo o la relación a largo plazo». Si en ratones de laboratorio este aumento de la sensibilidad del olfato sirve para que los roedores reconozcan a sus parejas y sus crías, entre los humanos, el aumento de la prolactina en sangre y el consiguiente incremento del olfato tendría la función de cimentar la relación durante el prolongado período de gestación, mediante la ilusión de los aromas que acompañaron la concepción, convertidos así en una experiencia literalmente inolvidable.
Notas
1. Tetsuro Shingo, Christopher Gregg, Emeka Enwere, Hirokazu Fujikawa, Rozina Hassam, Colleen Geary, James C. Cross, Samuel Weiss: «Pregnancy-Stimulated Neurogenesis in the Adult Female Forebrain Mediated by Prolactin». Science 2003; 299 (5603): 117-120. Disponible en http://stke.sciencemag.org/cgi/content/abstract/sci;299/5603/117 |